Qué es el dolor pélvico

El dolor pélvico es un dolor que se localiza en la parte baja del abdomen, llamada pelvis o cavidad pélvica. Es frecuente en las mujeres y puede afectar a cualquiera de los órganos presentes en la pelvis, como son los órganos genitales internos, la vejiga y el intestino.

Síntomas del dolor pélvico

El dolor pélvico en mujeres es, en realidad, un síntoma de otra patología, con características muy diversas en función de su origen.

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En cualquier caso, es recomendable acudir a consulta con el ginecólogo ya que el dolor pélvico puede ser por una causa leve pero, en ocasiones, puede ser el primer síntoma de un proceso pélvico severo, grave e incluso maligno.

No olvides que la detección precoz en ciertas enfermedades pélvicas permite su total curación.

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Tipos de dolor pélvico

Atendiendo a las causas y características del dolor pélvico se pueden establecer varios tipos:

Dolor pélvico idiopático o de causa desconocida

Se desconoce la causa que origina el dolor pélvico idiopático. A veces puede ser causado por factores psicológicos o psicosomáticos subyacentes o subclínicos, difíciles de diagnosticar. También se llama dolor pélvico primario.

Dolor pélvico crónico

El dolor pélvico crónico es el que tiene una duración larga, de varios meses, con frecuencia de seis meses o más.

Qué puede causar el dolor en la pelvis

Son numerosas las posibles causas del dolor pélvico. Entre las más frecuentes, destacan: 

  • Problemas de tipo psicológico, trastornos psicosomáticos y alteraciones en la percepción del dolor.
  • Procesos fisiológicos como son la ovulación, la menstruación y la relación sexual que pueden ocasionar dolor pélvico en algunas mujeres.
  • Tumores benignos y malignos de los órganos genitales, como miomas, quistes de ovario o cáncer de ovario.
  • Enfermedad inflamatoria pélvica aguda y crónica.
  • El DIU o dispositivo intrauterino, ya sea de cobre o con hormona, puede ser causa de dolor pélvico crónico o agudo.
  • La endometriosis, que puede afectar a cualquier órgano pélvico o peritoneal.
  • Patologías en el curso clínico del embarazo como aborto, embarazo ectópico y desprendimiento placentario pueden originar dolor pélvico severo o incluso grave.
  • Enfermedades intestinales crónicas, entre ellas están la colitis ulcerosa, el colon irritable, la enfermedad de Crohn y el megacolon. Pueden manifestarse con dolor pélvico crónico y acompañarse de estreñimiento crónico, diarrea, sangre en heces, distensión abdominal, etc.
  • Enfermedades rectales como pólipos y hemorroides.
  • Alteraciones en los órganos urinarios localizados a nivel de la pelvis como cálculos, cistitis y tumores de vejiga urinaria y el uréter.
  • Algunas enfermedades de los huesos y articulaciones de la pelvis (inflamación de huesos, articulaciones y músculos pélvicos).
  • Síndrome adherencial, causado porque se han sufrido intervenciones quirúrgicas en los órganos de la pelvis o porque se han padecido infecciones pélvicas anteriormente.
  • Enfermedades o procesos reumatológicos:  Afectan a tus huesos y articulaciones de la pelvis. Estas enfermedades son las artritis, las fibromialgias e incluso una hernia discal vertebral que, puede ocasionar un dolor pélvico reflejo y confundir al médico.
  • Otras enfermedades menos frecuentes son la trombosis en las venas de la pelvis, las hernias discales lumbares y los tumores de los nervios de la pelvis.

Dolor pélvico intermenstrual

El dolor pélvico intermenstrual es un dolor que se presenta entre dos menstruaciones. Es ocasionado por la ovulación que se produce normalmente en el ovario en la mitad del ciclo.

La ovulación consiste en la rotura de un folículo distendido que se rompe para soltar el óvulo. Si el folículo ovárico, que es similar a un pequeño quiste o burbuja, se distiende mucho antes de romper puede ocasionarte dolor pélvico antes de que se produzca la ovulación y se suelte el óvulo.

Lar rotura del folículo en el ovario te ocasiona una pérdida tanto de líquido folicular como de sangre que se vacía en la cavidad pélvica originando un mayor o menor grado de dolor también llamado síndrome de irritación peritoneal pélvico.

El dolor pélvico intermenstrual suele ser de presentación unilateral, brusca, duración puntual o corta, intensidad muy variable de leve a severa. Puede cambiar su presentación de un lado al otro en el ciclo siguiente. En ocasiones se acompaña de náuseas, vómitos, diarrea, febrícula y malestar general.

Dolor pélvico tras relaciones

Después de tener una relación sexual se puede sufrir un tipo de dolor llamado dispareumia. Se manifiesta con sensación de dolor profundo a nivel pélvico interno que puede ser causado por:

  • Trastornos psicológicos como la tensión psíquica, la ansiedad, el vaginismo, diversos factores emocionales, etc.
  • Enfermedades o procesos anormales en los diversos órganos pélvicos y que causan dolor pélvico tras las relaciones sexuales:
    • Tumores ováricos y uterinos benignos: miomas, quistes, etc.
    • Tumores malignos de órganos de la pelvis, como los tumores de intestino, vejiga, útero y ovarios.
    • La endometriosis pélvica, que puede producirte un dolor pélvico muy intenso y persistente.
    • Una enfermedad inflamatoria pélvica aguda o crónica.
    • Un prolapso o descenso del útero.
    • Un prolapso de la vejiga urinaria o del recto (cistocele y rectocele).
    • La posición anormal del útero en la pelvis, hacia atrás, denominada retroflexión uterina.
    • Adherencias de las intervenciones quirúrgicas previas y que pueden dejar secuelas causándote dolor.

Cómo se diagnostica el dolor pélvico

El diagnóstico del dolor pélvico en la mujer suele ser sencillo, pero en ocasiones puede ser difícil y complejo ya que existen múltiples causas o enfermedades para un solo síntoma como es el dolor pélvico crónico y el dolor pélvico agudo.

El diagnóstico del dolor pélvico se basa en:

  • Una historia clínica meticulosa y bien orientada. Es importante que describas meticulosamente las características del dolor: cómo es, desde cuándo lo padeces, dónde está localizado, etc.
  • Una exploración clínica completa mediante Inspección y palpación.
  • Solicitud de analítica: se deben de solicitar los análisis según la sospecha diagnostica: test de embarazo, citología ,cultivo urinario, cultivo de exudado cervico-vaginal, análisis de sangre, etc.
  • Ecografía pélvica transvaginal y abdominal. Son muy valiosas en el diagnóstico del dolor pélvico en mujeres, porque permiten detectar y valorar procesos como la ovulación, el embarazo ectópico, los quistes, miomas, tumores pélvicos benignos o malignos, etc. La ecografía transvaginal permite hacer un diagnóstico más precoz de las patologías ováricas.
  • Otros métodos mediante imagen como la resonancia magnética pélvica son complementarios a la ecografía y se indican en algunas circunstancias concretas. 
  • Laparoscopia: mediante un instrumento llamado laparoscopio, que se introduce a través de la piel cerca del ombligo, se pueden ver los órganos pélvicos.
  • Cirugía para diagnóstico en los casos excepcionales en los cuales no es suficiente la laparoscopia pélvica.
  • Colonoscopia y rectoscopia para ver el colon y el recto.
  • Cistoscopia y uretroscopia que permite ver la vejiga de la orina y la uretra.

Tratamiento para el dolor pélvico

El tratamiento del dolor pélvico se establecerá en función de la causa que lo origina y las características del dolor que genera. El tratamiento del dolor pélvico primario y del dolor pélvico secundario es con frecuencia similar y consiste en:

  • Psicoterapia: El tratamiento de los desajustes psicológicos mediante psicoterapia puede ser muy útil, como sucede en las enfermedades psicosomáticas.
  • Mejorar la calidad de la salud mediante medidas higiénicas y dietéticas, como realizar ejercicio con constancia, tener una buena alimentación, un descanso adecuado y evitar hábitos perjudiciales como el tabaco y el exceso de bebidas alcohólicas.
  • Fisioterapia activa mediante realización de tablas de ejercicios que realizarás para conseguir una buena relajación de la musculatura pélvica.
  • Fisioterapia pasiva que te realizará un fisioterapeuta. Es muy útil en dolor pélvico de origen muscular y osteoarticular. También en dolor pélvico reflejo ocasionado por una hernia discal.
  • Tratamiento hormonal mediante hormonas como los anticonceptivos y otras hormonas especialmente útiles en el dolor pélvico menstrual y la endometriosis pélvica.
  • Tratamiento medicamentoso con analgésicos, antiinflamatorios y espasmolíticos, que se pueden administrar por vía oral o en parche sobre la piel. En casos más intensos o graves se administran por vía inyectable.
  • Medicación con sedantes, relajantes y antidepresivos. Estos medicamentos pueden ser más eficaces si se combinan con psicoterapia.
  • Cirugía sobre los órganos pélvicos: en ocasiones tanto el dolor pélvico crónico como el dolor pélvico agudo requieren tratamiento mediante cirugía para erradicar o mejorar el dolor. Así sucede en la endometriosis pélvica, prolapsos, los tumores ováricos y uterinos, los de vejiga y colon, etc.
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  • Cirugía del dolor: en casos de dolor pélvico crónico, muy agudo y recurrente que no responden a los tratamientos expuestos, te pueden indicar la cirugía del dolor que es realizada por un anestesista, para bloquear el dolor a nivel de los nervios de la pelvis (plexos lumbosacros, ganglios nerviosos, etc)

El bloqueo de la vía nerviosa para aliviar el dolor se realiza por vía percutánea, el procedimiento no es complejo y es muy útil porque ayuda a reducir las dosis de los medicamentos para tratar el dolor.

Cuándo es normal sentir dolor pélvico

El dolor pélvico en mujeres puede presentarse de modo normal o fisiológico en varios procesos. Puedes sentir dolor pélvico:

  • Con la menstruación normal.
  • En la ovulación, que se produce en la mitad del ciclo y produce el dolor pélvico intermenstrual.
  • Si la vejiga está muy llena de orina y distendida.
  • Si el intestino está muy ocupado tu intestino a causa del estreñimiento.

Cuándo acudir al ginecólogo por dolor pélvico

Es conveniente acudir al ginecólogo/a si sufres un dolor pélvico:

  • Que no tenías anteriormente.
  • Si te causa desasosiego o preocupación.
  • Si es cada vez más frecuente.
  • Si va aumentando de intensidad o se hace prolongado.
  • Si no ves un motivo claro o aparente que lo ocasione.

No debes olvidar que las enfermedades ginecológicas graves o severas ocasionalmente son de carácter subclínico o silentes y no se manifiestan con dolor pélvico. Si estás realizando una revisión ginecológica periódica es más probable diagnosticarlas precozmente si estás acudiendo regularmente a tu ginecólogo/a.